martes, 17 de marzo de 2009

De bendiciones varias

Hoy, por el día de San Patricio, una amiga irlandesa nos envió un saludo con fotos y esta bendición irlandesa que me gustó subirla al blog. La versión en inglés la dejé porque tiene un ritmo y una musicalidad preciosos. La traducción es mía, así que sepan disculpar la impericia.

An Irish Prayer

May God give you…

For every storm, a rainbow,

For every tear, a smile,

For every care, a promise,

And a blessing in each trial.

For every problem life sends,

A faithful friend to share,

For every sigh, a sweet song,

And an answer for each prayer.

Una oración irlandesa

Que Dios te de ...

Por cada tormenta, un arco iris,

Por cada lágrima, una sonrisa,

Por cada peligro, una promesa,

Y una bendición en cada prueba.

Para cada problema la vida te envía,

Un amigo fiel para compartir,

Por cada suspiro, una dulce canción,

Y una respuesta para cada oración.


Y esta bendición me recordó otra bendición. Te cuento.

Hace un par de días, canturreando y maltratando la guitarra en familia, profanamos la canción “Noche de Bodas”. Y Sandra, un rato después dijo: “me gusta mucho la canción esa, la de la bendición”. ¿Cuál de la bendición? Pensé. “Nada que ver, con la bendición”, argumenté casi como reflejo. No podía ser que estuviera comparando esta canción pecadora y pagana con la (preciosa, por supuesto) bendición sacerdotal de Números 6:24-26. ¿Y por qué no podía ser? Porque una está en la Biblia y la otra no. Ciertamente una está divinamente inspirada y la otra… ¿y la otra?

Dejaremos el tema de la inspiración de las escrituras para mejor ocasión. También el significado y contenido de la bendición. Lo que me descolocó e intento ilustrar con esta anécdota es mi propia resistencia a asociar la Biblia con cuestiones tan mundanas como el amor, los miedos, la esperanza, los propósitos mediano y cortoplacistas. Y, por supuesto, la presencia de Joaquín Sabina merodeando las vestiduras de Aarón no se lleva muy bien con mi modelo interno de cristianismo y santidad.

Habrá que seguir luchando con los estereotipos internos. Al menos seguir preguntándonos y sospechando.

Por lo pronto podemos hacerlo disfrutando de esta bendición. La irlandesa, la bíblica, y también la de Joaquín.

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